Herramientas y estrategias para vender en el momento adecuado
Por Mauricio Heck
uchos inversores legendarios han dicho que, para ellos, es más difícil saber cuándo vender que saber cuándo comprar.
Otros, como Philip Fisher, autor del renombrado libro de inversiones «Common Stocks and Uncommon Profits», han expresado: «si se ha investigado adecuadamente al comprar una acción, el momento de venderla es, en la mayoría de los casos, nunca».
Es innegable que saber cuándo vender es esencial en la determinación de tus resultados como inversor. Por ello, creo que es vital reflexionar sobre cómo perfeccionar o, al menos, sistematizar este aspecto del proceso inversor.
Antes de adentrarme en los aspectos tácticos del artículo, quisiera mencionar el principio esencial que uso para decidir si una acción debe mantenerse en el portfolio.
Personalmente, si en un momento dado llego a la conclusión que no compraría una posición que tengo en cartera (imaginando que no la tuviera), entonces probablemente llegue el momento de vender.
Constantemente, la acción debería presentar un horizonte prometedor en comparación con otras alternativas de inversión.
Como te he comentado en varios artículos previos, las expectativas de ganancias futuras de una empresa son las que definen el precio de su acción. Por eso, siempre priorizo el pensar en el futuro al evaluar cada posición en mi cartera.
Con este principio en mente, clasifico las razones para vender en dos categorías principales: aquellas que se relacionan directamente con la empresa y las que son externas al negocio en sí mismo.
Razones inherentes a la empresa
1) Los hechos no son lo que pensábamos
Es completamente plausible que, incluso con una investigación meticulosa y tomando todos los recaudos necesarios, nos enfrentemos a sorpresas; el mundo es complejo y algunos hechos que creíamos ciertos pueden resultar no serlo.
Podríamos descubrir que un equipo directivo no es lo que parecía. Al fin y al cabo, estamos tratando con seres humanos, personas dinámicas que cambian y evolucionan con el tiempo. Esta puede ser una de las razones más comunes y probables para vender una acción: que el management no sea de la calidad que originalmente percibíamos.
Otra razón podría ser que el moat o la ventaja competitiva que creíamos existente en realidad no lo sea, y la competencia esté erosionando la posición de nuestra empresa.
También podrían surgir factores externos que impacten más en los resultados de la empresa de lo que originalmente considerábamos.
Tomemos, por ejemplo, el caso de Nagarro, una de las empresas más comentadas en el mundo de las inversiones en español. Muchos inversores están reconociendo ahora que es una empresa más cíclica de lo que se pensaba inicialmente y que responde fuertemente al ciclo de capex de los clientes en sus procesos de transformación digital.
Por último, una de las razones más concretas y determinantes a la hora de vender una posición es la aparición de irregularidades contables que puedan socavar nuestra confianza en el equipo directivo.
2) Los hechos están evolucionando para peor
Acá es cuando vemos que la calidad del negocio puede comenzar a desmejorar debido naturalmente a la evolución de las distintas fuerzas que afectan a la empresa.
Por ejemplo, puede pasar que el moat comience a ser erosionado debido a factores tecnológicos, algo que está ocurriendo con la irrupción de la inteligencia artificial, llevando a muchas empresas a repensar sus modelos de negocio.
Este sería un caso en el que había moat pero se está debilitando, distinto del escenario que mencioné anteriormente, donde nos damos cuenta de que hicimos una mala evaluación del moat al invertir y luego descubrimos que realmente no existe.
Otro caso donde los hechos evolucionan negativamente podría ser una mala asignación de capital («capital allocation») por parte del equipo directivo. Esto sucede cuando utilizan los fondos generados por la empresa para destruir valor en lugar de crearlo.
Si el management comienza a tomar decisiones que no tienen sentido, como adquirir empresas no relacionadas con el negocio principal y en las que la empresa no tiene un claro expertise, estamos ante una posible razón de venta. Lynch denominaba a esta práctica «de-worsifying» porque, aunque diversifican, lo hacen de una manera que destruye el valor para los accionistas.
Además de adquirir negocios no relacionados, otra señal preocupante es si el equipo directivo intenta hacer lo que se conoce como «adquisición transformativa», asumiendo riesgos exponenciales.
Otras ocurrencias que indican una evolución desfavorable de los hechos pueden ser: un empeoramiento de la marca, reflejado en críticas negativas en páginas como Trustpilot; que la empresa quede involucrada en un juicio que pueda afectar sus ganancias futuras; un deterioro en la cultura empresarial, donde vemos críticas negativas en sitios como Glassdoor, un éxodo de miembros clave del equipo directivo, o una transición de liderazgo problemática.
3) La tesis de inversión fue realizada
Esta razón para vender una posición es más común en tesis de inversión que se centran en un catalizador específico.
Una vez que dicho catalizador ocurre (o no), se hace necesario considerar la venta de las acciones. Algunos ejemplos de estas tesis de inversión con catalizador son una tesis de suma de las partes o la inversión en un spin off.
Otra situación donde puede surgir la decisión de vender por realización de tesis de inversión es cuando la tesis se ha materializado en su totalidad.
Aunque quizás sea una razón menos común, puede darse cuando la empresa en la que hemos invertido alcanza su madurez.
Si la empresa ya no tiene más espacio para crecer en su mercado objetivo y no vemos indicios de que el equipo directivo esté buscando innovar en nuevos mercados, es probable que la compañía llegue a una etapa de estabilidad.
En estas circunstancias, es común observar que el crecimiento orgánico sea inferior al 5% o que el aumento en beneficios descienda por debajo del 10%.
4) La compañía es adquirida o va a ser adquirida por otra empresa
Esta situación se manifiesta cuando la empresa en la que hemos invertido recibe una oferta de compra por parte de otra entidad a un precio específico.
Es común que, al recibir una oferta de compra, se ofrezca una prima sobre el precio actual de mercado para incentivar a los accionistas a vender sus participaciones.
Así, el precio de la acción suele saltar a un valor cercano al propuesto para la transacción. Sin embargo, debido al riesgo inherente de que la transacción pueda no concretarse, el precio de la acción rara vez coincide exactamente con el de la oferta.
Ante eventos de esta naturaleza en empresas donde tengo inversiones, suelo deshacerme de la posición antes de que se efectúe la transacción, dado que el potencial de ganancia que queda es limitado.
Razones externas a la empresa
1) Escasez de efectivo o liquidez
Muchas veces, si estamos 100% invertidos y descubrimos una nueva idea de inversión que supera a algunas de las que ya forman parte de nuestro portfolio, se puede vender e iniciar posición en esa nueva oportunidad.
Esto es especialmente cierto si la nueva propuesta ofrece un mayor margen de seguridad o perspectivas de rendimientos superiores en el futuro.
Es esencial prestar atención al margen de seguridad. No hay que dejarse influenciar por lo que en inglés se denomina «house money effect», un fenómeno en el que experimentamos una menor aversión al riesgo cuando contamos con una posición ganadora.
2) Posición dominante en el portafolio
Cuando una empresa se convierte en la principal posición de mi portafolio, alcanzando, por ejemplo, una participación superior al 40%, considero reducir o recortar un poco la posición para minimizar el riesgo de depender excesivamente de una sola empresa.
Idealmente, prefiero no tener más del 15% invertido en empresas de calidad que presenten bajo riesgo y buenos prospectos de crecimiento.
3) Necesidad de efectivo para gastos personales
Como inversores individuales, es natural que en ciertos momentos debamos vender algunas posiciones para atender nuestros gastos personales.
Esta motivación no se relaciona directamente con el desempeño o la salud de la empresa en cuestión, sino que responde a razones externas, por eso la incluyo en este listado.
4) Razones impositivas
Si nuestra confianza en alguna de las posiciones ha disminuído y, simultáneamente, estamos enfrentando pérdidas, puede surgir la oportunidad de vender y aprovechar lo que en Estados Unidos se denomina «tax harvesting».
Este proceso permite utilizar las pérdidas para reducir el impuesto sobre las ganancias de capital. La viabilidad de esta estrategia varía según el régimen impositivo de cada país.
5) Pérdida de interés en dar seguimiento a la empresa
Finalmente, si pierdo el interés en monitorear de cerca a una empresa, es probable que sea hora de vender.
La falta de interés aumenta la probabilidad de cometer errores en el seguimiento y la gestión de esa inversión.
Malos motivos para vender una acción
Hasta ahora, te he compartido algunas de las razones en las que me baso para decidir salir de una posición, ya sean razones propias de la empresa o externas a ella. Sin embargo, hay algunas otras motivaciones que a veces se mencionan a la hora de vender una acción.
A continuación, te presento algunas de estas justificaciones que, en mi opinión, suelen ser malos motivos para vender una acción.
1) La acción está sobrevalorada o está cara
Cuando se argumenta que una acción está sobrevalorada, no basta con mirar únicamente los múltiplos. Es fundamental considerar también el crecimiento futuro y la probabilidad de alcanzar ese crecimiento.
Si bien suele ser difícil determinar si una empresa está realmente sobrevalorada, hay situaciones que pueden ser evidentes. He escuchado a reconocidos inversores como Mohnish Pabrai señalar que si una acción parece ridículamente cara, como por ejemplo con un múltiplo superior a 30x EV/EBITDA, considerarían venderla.
2) La acción ya subió lo suficiente
Otro argumento inapropiado para vender una acción es considerar que ya ha subido «suficiente».
Como mencioné anteriormente, lo crucial es evaluar la capacidad futura de la empresa para generar ganancias y, con base en eso, evaluar su cotización actual.
Esta razón para vender suele surgir del temor de perder las ganancias ya acumuladas, llevando al inversor a cerrar la posición prematuramente.
3) Vender una acción esperando una corrección
Optar por vender una acción con la esperanza de que su precio disminuya más adelante para comprar más barato, no es una razón válida según la filosofía de inversión en valor.
Estos argumentos suelen basarse más en estrategias de trading que se apoyan en indicadores técnicos u otras metodologías.
Conclusión
Hemos examinado diversas razones válidas para vender una acción, siempre fundamentadas en criterios que reflejan la realidad del negocio, en lugar de basarnos en estrategias de inversión alternativas.
También hemos identificado algunas razones inapropiadas para vender una acción. Si alguna vez te encuentras justificando una venta por alguno de estos motivos, te invito a reflexionar detenidamente antes de tomar una decisión.
Lo ideal sería no basar nuestra decisión de venta en el precio actual de la acción (a menos que estemos frente a casos extremos), sino más bien, hacerlo tras un análisis exhaustivo de las perspectivas de la empresa.
Nuestra prioridad debería ser siempre entender la realidad del negocio y cómo se proyecta a futuro. ¿Generará mayores o menores ingresos?
Y con eso vamos finalizando, espero que esta guía te ayude a perfeccionar tus decisiones de venta y a sistematizar el proceso, lo que eventualmente te llevará a obtener mejores resultados en tu trayectoria como inversor.
Un saludo,
Mauricio Heck
Aviso Importante
No interprete nada de lo anterior como asesoramiento financiero. Este artículo ha sido preparado por el autor solo para fines informativos y educativos. La escritura contiene ciertas declaraciones y opiniones prospectivas basadas en el análisis del autor de información públicamente disponible que se cree precisa y confiable. Si bien el autor cree que dichas declaraciones y opiniones prospectivas son razonables, están sujetas a riesgos desconocidos, incertidumbres y otros factores que podrían causar que los resultados reales difieran materialmente de lo proyectado. A la fecha de publicación del informe, el autor puede o no tener una posición en el valor mencionado. Nada en este informe constituye asesoramiento de inversión. Los lectores deben llevar a cabo su debida diligencia e investigación y tomar sus propias decisiones de inversión. ESTO NO ES UNA recomendación de compra o venta.
Gracias, gracias y gracias! Me gustó mucho el artículo y estoy seguro de que esto me va a ayudar en el futuro.
PD: Estaría bien alguno de cuando saber comprar y estrategias a seguir.
Hola Abel, que cosas crees se podrian incluir en un articulo sobre cuando comprar mas alla de lo que hablabamos en «Gangas en Bolsa»?